domingo, 31 de agosto de 2008

El Altar


El Liber Pontificalis establece que San Félix I decretó que la Misa debía celebrarse sobre las tumbas de los mártires. Esto, sin duda, provoco dos cosas: un cambio de forma, de una simple mesa a un arca o tumba, y la norma de que cada altar debía contener reliquias de mártires. Normalmente el altar se levantaba sobre escalones desde los que el obispo predicaba en ocasiones. Originalmente estaba hecho en forma de mesa ordinaria, pero gradualmente se introdujo un escalón debajo y se levantó ligeramente sobre él. Cuando fue introducido el tabernáculo, el número de estos escalones fue aumentado. Según la disciplina presente de la Iglesia, hay dos tipos de altares, el fijo y el portátil. Ambas denominaciones tienen un doble significado, es decir un altar puede ser fijo o portátil o en un sentido amplio o en sentido litúrgico. Un altar fijo, en un sentido amplio, es uno que está sujeto a una pared, el suelo o a una columna, esté consagrado o no; en sentido litúrgico, es una estructura de piedra, permanente, que consiste en una mesa consagrada y un soporte que debe construirse con cimientos sólidos. Un altar portátil en sentido amplio es uno que puede llevarse de un lugar a otro; en sentido litúrgico es un ara consagrada, suficientemente grande para contener la Sagrada Hostia y la parte mayor de la base del cáliz. Se inserta sobre un altar que no es un altar consagrado fijo.


Los componentes de un altar fijo, en sentido litúrgico, son la mesa (mensa), el soporte (stipes) y el sepulcro. La mesa debe ser una sola losa de piedra unida firmemente con cemento al soporte, para que la mesa y el soporte formen una sola pieza. La superficie de esta mesa debe ser perfectamente plana y pulida. Se graban cinco cruces griegas en su superficie, una en cada una de las cuatro esquinas, aproximadamente seis pulgadas de los bordes, pero directamente sobre el soporte, y una en el centro. El soporte puede ser una pieza sólida o puede consistir en cuatro o más columnas. Éstas deben ser de piedra natural, firmemente unida a la mesa. No se precisan infraestructuras, sin embargo, pueden consistir en una pieza, en todo caso construida solidamente para hacer la estructura permanente. El apoyo puede tener cualquiera de las formas siguientes:




  • En cada esquina una columna de piedra natural y los espacios entre las columnas pueden rellenarse con cualquier tipo de piedra, ladrillo, o cemento;

  • el espacio entre las dos columnas delanteras puede dejarse abierto, para poner bajo la mesa (expuesto) un relicario que contiene el cuerpo (o una parte del cuerpo) de un santo;

  • además de las cuatro columnas, uno en cada esquina, una quinta columna puede ponerse al frente en el centro. En este caso la parte de atrás y, si también se desea, los lados, puede rellenarse de piedra, ladrillo, o cemento;

  • si la mesa es pequeña (debe ser en todo cada más grande que el ara de un altar portátil), se le ponen cuatro columnas bajo, una en cada esquina y, para conseguir el tamaño requerido, pueden agregarse marcos de piedra u otro material a cada lado, estas partes agregadas no se consagran, y pueden construirse después de la ceremonia de consagración;

  • si la mesa es deficiente en anchura, se le ponen cuatro columnas debajo, una en cada esquina, y se agrega un marco de piedra u otro material a la parte de atrás. Esta parte no se consagra y puede construirse después de la consagración del altar.


En los dos últimos casos pueden rellenarse los espacios entre las columnas con ladrillo o cemento o pueden dejarse abiertos. En todo caso, la infraestructura pueden ser una masa sólida,o el interior puede estar hueco, pero esta cavidad no puede usarse como armario por guardar artículos de cualquier tipo, incluso si pertenecen al altar. Ni en las rubricas ni la Sagrada Congregación de Ritos prescriben ninguna dimensión para el altar. Ha de ser, sin embargo, suficientemente grande para permitir a un sacerdote celebrar convenientemente el Santo Sacrificio en él, de tal una manera que todas las ceremonias pueden ser observadas dignamente. Así, los altares en los que se celebran servicios solemnes exigen ser de dimensiones mayores que otros altares.


Antes de entrar en uso un altar, ha de ser solemnemente consagrado por un Prelado. La ceremonia forma parte de la consagración de una Iglesia, si bien puede efectuarse por separado. Consiste en una serie de oraciones y ritos dispuestos por la Iglesia:

1) Rito preparatorio. Rezo de los Siete salmos penitenciales, con otras preces y Letanías de los Santos.

2) Purificación del altar. El Obispo bendice el agua llamada "gregoriana", que consta de agua, sal, vino y ceniza; traza con ella cinco cruces en el centro y en los cuatro ángulos del altar y rocía con un ramito todo el altar.

3)Colocación de las Reliquias. El obispo prepara el cemente mezclándolo con el agua "gregoriana", traslada solemnemente las Reliquias a la Iglesia, consagra con el Santo Crisma el pequeño sepulcro en que ha de encerrarlas, las deposita en el hueco, las incensa y las tapa.

4) Consagración del altar. Lo incensa todo alrededor, traza por tres veces cinco cruces en el centro y los ángulos del altar con el Santo Crisma, unge toda la mesa con el mismo, bendice y quema cinco granos de incienso sobre las cinco cruces del altar, unge nuevamente el frontis y las junturas de la mesa con la base.

El obispo consagrante estrena el altar celebrando en él la Santa Misa.

El altar queda execrado y necesita nueva consagración, cuando se quiebra notablemente la mesa o se la separa de la base, o se sacan las Reliquias o se lo utiliza para un fin indigno.

En toda iglesia consagrada es necesario que haya por lo menos un altar fijo, que suele ser el Mayor. En las no consagradas pueden ser todos portátiles.



Nichán Eduardo Guiridlian Guarino

miércoles, 27 de agosto de 2008

El Misal


El siguiente es un párrafo extraído del Libro "La Flor de la Liturgia" del Padre Andrés Azcárate. Mientras lo leía me resultó inevitable pensar en hacerle algunas interpolaciones en cursiva. Ahí va el texto glosado.


"La liturgia de la Misa, tanto los textos fijos como variables, los propios como los comunes, contiénense en el Misal, el cual es por lo mismo, el libro oficial de la Misa para los sacerdotes que la celebran, y es natural que lo sea para los fieles que asisten a ella. Usar otro libro distinto del Misal, o su equivalente, para asistir a la Misa [o para celebrarla], es apartarse de ella sistemáticamente, en ves de unirse siguiendo al celebrante [Jesucristo: el Sacerdote, Víctima y Altar de toda Misa]. Es, si se quiere asistir a la Misa [o celebrarla] sin seguir la Misa; es contentarse con una participación mínima en los frutos riquísimos del Santo Sacrificio pudiendo disponer de una participación máxima; es, en fin, andar rondando en derredor de la Misa, sin resolverse a entrar en ella. "


Cuanto han cambiado las cosas en la Iglesia en 50 años! Seguramente el Padre Azcárate jamás imaginó que llegaría el tiempo en que los propios sacerdotes dejaran el Misal de lado, para celebrar a su antojo, dando rienda suelta a la inventiva. El Padre Azacárate se preocupó durante toda su vida de erradicar la ignorancia litúrgica entre los fieles. Hizo de ello un verdadero apostolado. ¡Que pensaría de tantos sacerdotes que parecerían querer sumergirse y sumergir a los fieles en la ignorancia más profunda!


Nichán Eduardo Guiridlian Guarino

nichaneguiridlian@gmail.com

viernes, 22 de agosto de 2008

Prohiben al Padre Alvarez Valdés enseñar Teología: ¡En Buena hora!

En la fotografía el P. Alvarez Valdes, con sweter a rombos.


En buena hora llega esta sanción para el Padre Alvarez Valdés. En los últimos años, sus escritos audaces y su deseo de sobresalir a costa de predicar auténticas herejías han escandalizado y confundido, no ya a estudiantes de teología, sino a muchos fieles.

Desde aquí, felicitamos a Mons. Polti Santillán, que ha tomado esta firme decisión. Sin duda le acarreará muchas críticas injustas, de parte de quienes pretenden enfrentar las enseñanzas Sagrada Escritura con la Tradición de la Iglesia. Por ello, los invito a acompañar con nuestra oración a este obispo fiel, para que no vacile, sino que continúe en su labor apostólica con paso firme.

Roguemos también por el Padre Alvarez Valdés, para que reconociendo su error, sepa aprovechar sus dotes para la escritura y la oratoria para extender y afianzar entre los fieles la Santa Fe Católica.

Sancta Maria, Spes nostra, Sedes sapientiae, ora pro nobis!


Tomado de ACI Prensa:
El obispo de Santiago del Estero, monseñor Francisco Polti Santillán, retiró al presbítero Ariel Álvarez Valdés las licencias para enseñar Teología, publicar sus notas y artículos y usar los medios de comunicación social, al tiempo que lo exhorta a revisar su actitud, para el bien de toda la Iglesia, y de un mayor y fructuoso servicio ministerial. La medida fue tomada, según la Secretaría de Prensa del Obispado santiagueño, debido a que “algunas de sus afirmaciones causan perplejidad y llevan a pastores y fieles a preguntarse si dichas afirmaciones son compatibles con la enseñanza del Magisterio auténtico de la Iglesia”.

Comunicado del Obispado de Santiago del Estero

La Secretaría de Prensa del Obispado de Santiago del Estero informa que, ante la publicación en medios de comunicación locales de informaciones inexactas relativas a la supuesta situación canónica del Pbro. Dr. Ariel Álvarez Valdés, sacerdote incardinado en esta diócesis, el Obispado de Santiago del Estero se ve en la necesidad de aclarar a los fieles católicos de la diócesis y a la opinión pública en general:

1. El Pbro. Dr. Ariel Álvarez Valdés no ha sido afectado por “condena” alguna.
2. No corresponde a la verdad que dicho sacerdote haya sido sancionado y suspendido en sus funciones académicas por una decisión que lleve la firma del cardenal Tarcisio Bertone, ex secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y actual Secretario de Estado de la Santa Sede.
3. En ejercicio de la responsabilidad propia de su oficio, el Obispo diocesano de Santiago del Estero y superior eclesiástico inmediato del mencionado sacerdote, emitió con fecha cuatro de agosto del corriente año un decreto que dice:

Decreto del Obispo
Vistos los numerosos intercambios epistolares efectuados en forma personal con el Pbro. Dr. Ariel Álvarez Valdés acerca del contenido de muchas de sus reflexiones y propuestas teológicas publicadas en diversos medios de la Argentina y de otros países.

Considerando
1. Que algunas de sus afirmaciones causan perplejidad y llevan a pastores y fieles a preguntarse si dichas afirmaciones son compatibles con la enseñanza del Magisterio auténtico de la Iglesia.
2. Que el Pbro. Dr. Ariel Álvarez Valdés ha reconocido lo fundado de dichas reacciones provocadas por sus escritos y ha manifestado reiteradamente estar dispuesto a hacer las rectificaciones pertinentes en sus nuevas publicaciones.
3. Que el interesado también ha manifestado su disposición de hacer públicas las retractaciones correspondientes a las cuestiones teológicas que, en sus intervenciones, presentan ambigüedades o errores.
4. Que, sin embargo, el Pbro. Dr. Ariel Álvarez Valdés ha hecho notar que dichas retractaciones serían publicadas a condición de incluir una mención expresa a que se efectúan por pedido explícito de la autoridad eclesiástica.
5. Que de ser incluida en el texto dicha cláusula limitaría severamente la consistencia y la autenticidad de las retractaciones.

Por tanto, en virtud de lo establecido en los cánones 772, 812, 823, 824 y la legislación complementaria de la Conferencia Episcopal Argentina, por las presentes letras Decreto:
1. A partir del 5 de agosto de 2008 y mientras no se disponga otra cosa, el Pbro. Dr. Ariel Álvarez Valdés carece de licencias para hacer nuevas publicaciones o disponer la reedición de publicaciones anteriores.
2. A partir del 5 de agosto de 2008, el Pbro. Dr. Ariel Álvarez Valdés carece de misión canónica para la enseñanza de disciplinas teológicas en cualquier nivel de docencia, incluyendo cursos cortos, conferencias y toda otra actividad análoga.
3. A partir del 5 de agosto de 2008, el Pbro. Dr. Ariel Álvarez Valdés carece de licencias para participar en la organización y uso de medios de comunicación social, incluyendo internet, ya sea a través de escritos, grabaciones, filmaciones y cualquier otro tipo de soporte.
4. Exhorto al Pbro. Dr. Ariel Álvarez Valdés a que revise su actitud en espíritu de humildad, obediencia y comunión, para el bien de toda la Iglesia, y de un mayor y fructuoso servicio ministerial.
5. Notifíquese a quienes corresponda y, una vez cumplido, archívese.
Santiago del Estero, 21 de agosto de 2008.
Sonia Quiroz, Secretaría de Prensa del Obispado de Santiago del Estero.

Antecedente
En el año 2001 la Congregación para la Doctrina de la Fe, que presidía el cardenal Joseph Ratzinger, pidió a AICA que difundiera la retractación del Pbro. Ariel Álvarez Valdez, quien había publicado un artículo de divulgación bíblica en el que afirmaba que “no es posible seguir creyendo en la existencia de los demonios”.

“Por medio de la presente -decía la última parte de la retractación del padre Álvarez Valdés- quiero retractarme de estas afirmaciones, y reconocer que eran erróneas y contrarias a las enseñanzas de la Iglesia Católica, a la que amo y deseo servir fielmente desde mi ministerio. (…) Asimismo quiero dejar en claro que me someto (…) a todo lo que la Santa Madre Iglesia cree y enseña y que deseo permanecer siempre unido a ella”. El texto y la información respectiva se publicaron en el boletín AICA Nº 2335 del 19 de setiembre de 2001, pág.469.+




Mons. Polti Santillán, obispo de Santiago del Estero, saludando al Santo padre.



Nichán Eduardo Guiridlian Guarino
nichaneguiridlian@gmail.com

sábado, 16 de agosto de 2008

Humanae vitae, signo de contradicción



CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 25 julio 2008 (ZENIT.org).- "Signo de contradicción": así define Giovanni Maria Vian, director de "L'Osservatore Romano", la encíclica Humanae Vitae, firmada por Pablo VI el 25 de julio de 1968.

El texto, recuerda, "rechazaba la contracepción con métodos artificiales" e iba "contra el hedonismo y las políticas de planificación familiar, a menudo impuestas a los países pobres por los más ricos".

Apenas publicada, la encíclica suscitó "una oposición sin precedentes dentro de la misma Iglesia católica".

El cardenal Joseph Ratzinger escribió en 1995 que "raramente un texto de la historia reciente del Magisterio se convirtió tanto en signo de contradicción como esta encíclica, que Pablo VI escribió a partir de una decisión profundamente sufrida".

A pesar de todo, el Papa no cambió su postura. El 23 de junio de 1978 reafirmó al colegio cardenalicio, "tras las confirmaciones de la ciencia más seria", las decisiones tomadas entonces que buscaban afirmar el principio del respeto de las leyes de la naturaleza y el "de una paternidad consciente y éticamente responsabilizada".

En el discurso de la solemnidad de Pedro y Pablo, haciendo una especie de balance de su pontificado, el Papa Giovanni Battista Montini "citó las encíclicas Populorum Progressio y Humanae Vitae como expresiones de aquella defensa de la vida humana que definió elemento imprescindible en el servicio a la verdad de la fe".


La Humanae Vitae, recuerda Vian, "es coherente con las importantes novedades conciliares sobre el concepto de matrimonio", pero sobre todo fue una profecía para los tiempos actuales.

Frente a las "inquietantes evoluciones de la ingeniería genética", se demuestra "lúcida y anticipadora cuando declara que ‘si no se quiere exponer al arbitrio de los hombres la misión de engendrar la vida, se deben reconocer necesariamente límites infranqueables a la posibilidad de dominio del hombre sobre el propio cuerpo y sobre sus funciones; límites que a ningún hombre privado o revestido de autoridad, es lícito quebrantar".

A pesar de los muchos ataques a la que fue definida la "encíclica de la píldora", se elevaron también voces a favor de lo escrito por el Papa.

En "L'Osservatore Romano" del 6 de septiembre de 1968, Jean Guitton definió la encíclica ferme mais non fermée (firme pero no cerrada), pues muestra que la "senda estrecha" del Evangelio es "la senda abierta hacia el futuro".

El cardenal jesuita Jean Daniélou, por su parte subrayaba que el documento "nos ha hecho sentir el carácter sacro del amor humano" expresando una "revuelta contra la tecnocracia".

El director de "L'Osservatore Romano" define la Humanae Vitae como un "auténtico signo de contradicción", subrayando que "no se recuerda con gusto" "por su enseñanza exigente y contra corriente" y porque "no es útil al juego corriente que pone a los papas el uno contra el otro, método quizá útil desde el punto de vista historiográfico para delinear obvias diversidades, pero que hay que rechazar cuando es usado instrumentalmente, como sucede continuamente sobre todo en el panorama mediático".

Apoyaron a Pablo VI el cardenal Karol Wojtyla, "el arzobispo de Cracovia que había tenido un papel importante en la comisión ampliada y que habría luego innovado mucho con su magisterio pontificio sobre el cuerpo y la sexualidad", y Joseph Ratzinger, "otro purpurado creado por él".


Este aspecto, concluye Vian, muestra "la vital continuidad de la propuesta cristiana también sobre el problema del control de nacimientos", que el 23 de junio el Papa definía "extremadamente grave" porque "toca los sentimientos y los intereses más cercanos a la experiencia del hombre y de la mujer".


Traducido del italiano por Nieves San Martín


Nichán Eduardo Guirirlian Guarino

nichaneguiridlian@gmail.com

viernes, 15 de agosto de 2008

Retrato de Jesús


Un hombre de gran virtud ha aparecido en nuestro tiempo, que lleva por nombre Jesús, el Cristo; el cual resucita a los muertos, y cura toda suerte de enfermedades. Llámanle Profeta de la verdad, y tiene discípulos que afirman que es el Hijo de Dios. No hay duda de que es un hombre hermoso y digno de admiración; tiene un rostro venerable que inspira al mismo tiempo amor y temor en cuantos lo contemplan. Sus cabellos son largos y rubios y caen unidos hasta las orejas, formando luego rizos y bucles graciosos, se desparraman sobre sus espaldas; dicha cabellera se ve partida en dos en lo alto de la cabeza, a la usanza de los nazarenos. Su faz, limpia de manchas y arrugas, es de tono encendido, pero agradable; su nariz y boca correctas. Tiene ojos azules y en ellos se encienden llamas de diversa luz. Lleva barba espesa pero no muy larga, del mismo color de los cabellos y, como ellos, partida también por el medio; sus brazos y manos son también una delicia. Es terrible en el exhortar y reprender; benigno y amable; alegre pero grave; nadie lo vio reír, pero sí algunas veces llorar; es parco, modesto y convincente en el hablar; es hermoso entre los hijos de los hombres.

Descripción impresionante que de Jesús hizo Plubio Lentulo, procónsul romano, contemporáneo de Cristo, presunto antecesor de Pilato en Judea, en una carta dirigida a Tiberio y al Senado Romano. Este documento se encuentra en la Biblioteca Vaticana.


Nichán Eduardo Guiridlian Guarino

lunes, 4 de agosto de 2008

San Miguel Arcángel


Bendito seas, Miguel,
que con ardor inaudito,
de "Quien como Dios" al grito
destronaste a Luzbel;
desde tu alto dosel
protege a la Iglesia Santa,
que angustiada a ti levanta
suplicante su clamor;
hiere a Satán y al error
que hoy de nuevo se levanta.


La devoción a San Miguel, es señal de predestinación. (San Alfonso María de Ligorio)
Oración

San Miguel Arcangel, Príncipe gloriosísimo de las milicias celestiales, defensor nuestro en los combates y luchas terribles contra el enemigo infernal. Ven en auxilio de los hombres combatiendo al frente del ejército de los Santos Angeles en la batalla del Señor, contra el orgulloso Lucifer y sus seguidores.
Tú, Príncipe invencible, socorre al pueblo de Dios y llévalo a la victoria. Tú a quien la Santa Iglesia venera como su custodio y patrono y honra de tenerte como escudo defensor contra la maldad del infierno. Tú a quien Dios Todopoderoso te ha confiado las almas para conducirlas hasta la clestial beatitud, ruega por nosotros ante Dios, Señor de la Paz, a fin de el demonio sea humillado y vencido y no pueda tener a los hombres bajo su esclavitud ni dañar a la Santa Iglesia.
Ofrece ante el Trono del Altísimo nuestras pleagrias a fin de que la Misericordia Divina descienda sobre nosotros, y que el infernal enemigo jamás pueda seducir ni perder al pueblo cristiano. Amén.


Publico esta oración en Acción de Gracias al Santo Arcángel.

Nichán Eduardo Guiridlian Guarino
nichaneguiridlian@gmail.com.ar