miércoles, 31 de octubre de 2012

El Beato Juan Pablo II y el divorcio





El papa Juan Pablo II no anduvo con medias tintas: en un discurso que sorprendió a muchos, instó el 28 de enero del 2002 a abogados y jueces a no atender casos de divorcio. Dijo que el divorcio ha tenido "consecuencias devastadoras que se propagan por el organismo social como una herida ponzoñosa" y ha infectado a una nueva generación. Concretamente, pidió, deben "declinar" su cooperación.

Pero el Pontífice fue mas lejos: dijo que sus declaraciones se aplican a todos los casos de divorcio y no solamente a los que involucran a católicos. Lo justificó diciendo que la indisolubilidad del matrimonio es parte del orden divino y natural y, por lo tanto, de aplicación universal.

El discurso del Papa sonó como un llamado a la objeción de concienciafrente a una ley que rige en el Estado italiano.

El Papa reconoció que sería difícil para los jueces negarse a participar en casos de divorcio porque a éste no se le reconoce la categoría de "objeción de conciencia"''. Pero participar, insistió, es igual a colaborar con un mal e instó a jueces y abogados a encauzar sus esfuerzos en reconciliar las parejas.

Juan Pablo II expresó estas ideas en un discurso ante los jueces del Tribunal de la Rota del Vaticano, que maneja los casos de anulación matrimonial. Son los casos en los que la Iglesia declara nulas las uniones cuando considera que el matrimonio no se consumó. En estas audiencias, el Tribunal de la Rota romana decidió la anulación de 57 matrimonios durante el año 2000, pero decidió en cambio "salvar" a otros 67.

Ni bien terminó su discurso comenzaron a escucharse las críticas en ámbitos políticos, judiciales y religiosos de Italia y otras partes del mundo. Aunque también se levantaron voces de apoyo al Papa.

"El Papa está cometiendo un tremendo error. Este sigue siendo un estado laico, pese al Vaticano. Su comportamiento es todavía más fundamentalista", dijeron voceros del Partido Radical.

Alessandra Mussolini, nieta del dictador fascista Benito Mussolini y miembro del parlamento por la Alianza Nacional, dijo que los comentarios del Pontífice eran un intento por "retroceder en el tiempo" y reabrir una cuestión resuelta por la socie dad hace tiempo.

Mussolini opinó que el divorcio es, en algunos casos, la mejor solución para los hijos de padres enfrentados en forma irreconciable "porque rompe una espiral de odio y terror para ellos".

Los especialistas italianos se opusieron, en general, a la postura del Vaticano. El abogado Cesare Rimini dijo que "la ley del Estado no interfiere en la ley de la Iglesia y encontraría justo que la Iglesia no interfiriese en las tareas de los jueces y abogados". La abogada Annamaria Bernardini De Pace opinó que la del Papa fue una intervención "inapropiada", pero Fabio Massimo Gallo, asesor del Consejo Superior de la Magistratura, sostuvo en cambio que Juan Pablo II no invadió competencias del Estado italiano.

Pero en el mundo religioso, el obispo de Como, Alessandro Maggiolini, y la Unión de las Comunidades y organizaciones Islámicas de Italia (UCOI)apoyaron al Pontífice.

"Estamos doctrinalmente de acuerdo con la toma de posición del Papa contra el divorcio", dijo el secretario general de la UCOI, Hamza Roberto Piccardo.

El Imán de Milán, Ali Abu Shwaima, recordó que para la religión islámica el divorcio es lícito, aunque "odiado por Dios". El religioso reconoció "como natural el deseo de separación".

"No creo que el divorcio sea una plaga", agregó Shwaima.

A diferencia del Imán de Milán, el de un barrio de Roma, Samir Khaldi, manifestó estar de acuerdo con la afirmación del Papa ya que "el divorcio corre el riesgo de arruinar la sociedad porque es acordado por motivos futiles".

También agregó: "Los casos en los que se concede el divorcio son pocos, como cuando una pareja ya no logra vivir bien junta y de este modo puede influir negativamente sobre los hijos".

lunes, 29 de octubre de 2012

Suspenden la Misa tradicional y desalojan al ICRSS de la iglesia de Jesús y María de Roma



Esta entrada pretende ser una denuncia pública de un hecho que me llena de estupor: por varias fuentes he tenido conocimiento de que a tan sólo pocos días de la Peregrinación tradicional a la Basílica de San Pedro del Vaticano, donde el Cardenal Cañizares oficiará la Santa Misa Tridentina, acaba de decidirse poner fin a la celebración de la Liturgia tradicional en la iglesia romana de Jesús y María -en la imagen, durante la celebración de la Santa Misa por el Superior del ICRSS, hace 8 meses-, templo situado en la famosa y céntrica “Via del Corso” de Roma, donde llevaba oficiándose todos los domingos y festivos, a las 10 de la mañana, desde hace más de 30 años -incluso antes de la promulgación del motu proprio “Summorum Pontificum”.
En esta iglesia de la capital italiana, muy frecuentada por feligreses locales y también por bastantes extranjeros de visita en la ciudad, y de la que son responsables los Padres Agustinos Descalzos, venía haciéndose cargo de la celebración en Usus Antiquior el Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote (ICRSS), al que ahora los PP. Agustinos Descalzos, que no siempre han sufrido la cohabitación con los “tradicionalistas” con demasiado entusiasmo, han pedido verbalmente que la “desaloje”. En concreto, el pasado mes de septiembre, el superior ordenó de manera perentoria a los sacerdotes del ICRSS suspender las celebraciones, pese a la importante concurrencia de fieles con que contaba, para dedicar el horario asignado a ellos a la comunidad portuguesa (que ya cuentan para ello, por otro lado, con la cercana iglesia de San Antonio de los Portugueses).
En principio se había pedido a los PP. Agustinos que explicaran el motivo de tan drástica medida, pero el superior se negó a hacerlo, por lo que el ICRSS deberá abandonar definitivamente la iglesia a finales de noviembre. Y para “facilitar” el desalojo de los “indeseados”, aunque generosos “huéspedes”, los PP. Agustinos han recurrido a simpáticas “bromas de curas”: por ejemplo, el pasado domingo 14 de octubre se encerró con llave al pobre organista, el Maestro Andrea Moncada, dentro del coro, desapareciendo las llaves “por arte de magia”… para que no tocara el órgano -que se había acordado que estaría siempre al servicio de los fieles de la Misa tradicional oficiada a las 10 am-. O como el último domingo, 21 de octubre, en que los fieles tuvieron que cantar “a capella” durante la Comunión el “O salutaris Hostia” y el “Ave Verum”.
En los últimos tiempos un grupo de músicos y cantantes cualificados aseguraba puntualmente en esta iglesia el servicio musical, en coordinación con la de la Fundación Romana “Obra de San Gregorio”, ofreciendo un programa especializado de música litúrgica que va desde el canto gregoriano, a la polifonía sacra renacentista o el repertorio barroco. Por supuesto, se han recibido docenas de mensajes de solidaridad con el organista a través de Facebook.
Y todo esto está ocurriendo mientras cientos de peregrinos que se benefician del motu proprio“Summorum Pontificum” se dirigen hacia Roma para agradecer al Santo Padre lo que ha hecho por los fieles ligados a la Liturgia tradicional…
Desde algunas páginas web, como Messa in Latino, se está invitando a los amigos y lectores, italianos y extranjeros, a orar por nuestros hermanos, fieles, cantantes y músicos, expulsados ​​de la Iglesia de Jesús y María de Roma, para que el Señor les conceda la fuerza para resistir las debilidades humanas de los sacerdotes, sin perder ellos, sobre todo en estos momentos de desánimo, la confianza necesaria para confiar en la Divina Providencia.
Fuente: Catholicvus.
Tomado de Tradición Digital

jueves, 25 de octubre de 2012

El reinado social de Cristo


¡Ven Cristo y reina!
Tuyo es el cielo, tuya la tierra.
Hoy te aclamamos:
Rey de los hombres.
¡Gloria al Señor!


En la primera encíclica de su pontificado, Pío XI analizaba las causas de los males que abrumaban angustiosamente la sociedad de su tiempo. Poco después, el 11 de diciembre de 1925, publicaba la encíclica “Quas Primas”, proponiendo como único remedio para la salvación de los pueblos y las naciones la aceptación de la realeza de Cristo.


El Papa comienza la encíclica diciendo:" El mundo ha sufrido y sufre este diluvio de males porque la inmensa mayoría de la humanidad ha rechazado a Jesucristo y su santísima ley en la vida privada, en la vida de familia y en la vida pública del Estado; y es imposible toda esperanza segura de una paz internacional verdadera mientras los individuos y los Estados nieguen obstinadamente el reinado de nuestro Salvador. Por esto, advertimos entonces que la paz de Cristo hay que buscarla en el reino de Cristo” (Quas Primas, nº 2).


La Realeza Social de Jesucristo, ha sido muy olvidada. Pío IX, en los primeros años del siglo XX, ya se lamentaba de ello. Tristemente, pasados más de 80 años desde la encíclica "Quas primas", las advertencias de aquel Papa siguen vigentes.


En los últimos tiempos, este rechazo al reinado de Jesús, no solo se ha profundizado en la sociedad civil, sino que ha logrado penetrar en el seno de la Santa Iglesia. Ya sea por la omisión de muchos pastores, o por la oposición de otros, la imagen de Cristo Rey, ha ido oscureciéndose y silenciándose a lo largo de los años.


Merced a este descuido del clero, los cristianos ignoran el significado de la Realeza Social de Nuestro Señor. En consecuencia, los enemigos de la Iglesia, han podido poco a poco, ir relegando a Jesucristo de la vida civil. Naciones católicas, han suprimido la "Religión de Estado", han quitado crucifijos de las oficinas públicas, han suprimido de sus calendarios días festivos, han reformado sus leyes en pos de poner en un plano de igualdad a la Verdadera Religión con el resto de los cultos. Esto no es ni más ni menos que una "apostasía de las naciones", ante la cuál, muchos obispos han permanecido en silencio.


Y así, la sociedad ha ido paganizándose. En el lugar del trono de Nuestro Señor, ahora tenemos ideologías políticas acatólicas. El hombre nuevamente, quiere ocupar el lugar de Dios. Pretende construir "su" mundo a espaldas del Creador.


Pensemos en el comunismo y el liberalismo, dos filosofías políticas contrarias a la Doctrina de Cristo. Las dos por igual excluyen a Nuestro Señor de la vida social y desprecian los valores del Evangelio. Las dos convierten al ser humano en un elemento más al servicio de un sistema perverso. En ambas, los hombres someten a sus hermanos más débiles. En estos sistemas, la Santa Iglesia portadora del Mensaje de Jesús, queda al margen. Resulta absolutamente necesario silenciar su doctrina. Los gobiernos, limitarán el accionar de la Iglesia, manipulando las leyes.


Los Estados, al no reconocer más un deber especial respecto a la verdadera Religión del verdadero Dios, el bien común de la sociedad civil ya no está ordenado a la ciudad celestial de los bienaventurados, y la Ciudad de Dios sobre la tierra, es decir la Iglesia, se encuentra privada de su influencia benéfica y única sobre toda la vida pública. Quiérase o no, la vida social se organiza fuera de la verdad y de la ley divina. La sociedad se hace atea. Es la muerte del Reinado Social de Nuestro Señor Jesucristo.


A pesar de todo, recordemos que a lo largo de los siglos, han desaparecido Estados, han caído poderosos gobernantes, grandes Imperios han sido desmembrados, ejércitos invencibles han sido literalmente aniquilados, han sido depuestos dictadores y han caducado formas de gobierno. Frente a ello, la Iglesia, gobernada por Cristo, su pastor y rey, ha prevalecido.


Puesta nuestra fe en Jesucristo, pongamos pues los medios para restaurar su reinado social, para que la Cruz de Cristo, esté en medio de todas las actividades humanas. Solo así se alcanzará la paz: paz en los corazones, paz en la familias, paz entre las naciones, paz en el mundo y paz en la Iglesia.


¡Reine para siempre el Corazón Sagrado de Jesús!


Nichán Eduardo Guiridlian Guarino

domingo, 21 de octubre de 2012

Volvió el fanón








Santo Padre: muchos queremos verlo celebrar la Misa de Siempre nuevamente. 

jueves, 11 de octubre de 2012

Niegan la Comunión de rodillas en La Plata



Nos informan que el Padre Julio César Espinosa Arizaga de la Arqudiócesis de La Plata, abusando de la autoridad que le Iglesia le confiere, negó la Comunión de rodillas a dos fieles que se acercaron a comulgar en la Parroquia Nuestra Señora de Caacupé, quienes se sintieron profundamente apenados por la triste situación que les tocó vivir.

Desde esta bitácora queremos aclarar que la comunión de rodillas no está prohibida, sino que por el contrario es promovida por el Sumo Pontífice Benedicto XVI.
Asimismo pedimos rezar por todos aquellos Sacerdotes que desafían las leyes canónicas de la Santa Iglesia Católica.

La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos recibió en el pasado algunos informes relativos a que en algunas diócesis se negaba la Sagrada Comunión a algunos fieles cuando, al acercarse a recibirla, se ponen de rodillas en lugar de permanecer de pie. Ante ese lamentable hecho, la Congregación consideró y considera que cualquier negativa de dar la Sagrada Comunión a un miembro de la feligresía, fundada en que se encuentra de rodillas para recibirla, es una grave violación a uno de los derechos más básicos del feligrés cristiano, a saber, el de ser ayudado por sus pastores por medio de los Sacramentos (Código de Derecho Canónico, canon 213).

En vista de la ley que establece que “los ministros sagrados no pueden negar los sacramentos a quienes los pidan de modo oportuno, estén bien dispuestos y no les sea prohibido por el derecho recibirlos” (C. Canónico 843, § 1), NO debe negarse la Sagrada Comunión a ningún católico durante la Santa Misa, excepto en casos que pongan en peligro de grave escándalo a otros creyentes, como el pecador público o la obstinación en la herejía o el cisma, públicamente profesado o declarado. Se niega la comunión a los excomulgados, por propia definición. 

Aún en aquellos países donde esta Congregación ha aprobado la legislación local que establece el permanecer de pie como la postura para recibir la Sagrada Comunión, de acuerdo con las adaptaciones permitidas a las Conferencias Episcopales por la Institución Generalis Missalis Romani n. 160, § 2, lo ha hecho con la condición de que a los comulgantes que escojan arrodillarse no les será negada la Sagrada Comunión. 
La práctica de arrodillarse para recibir la Sagrada Comunión tiene en su favor una tradición multisecular, y es un signo particularmente expresivo de adoración, completamente apropiado en razón de la verdadera, real y sustancial Presencia de Nuestro Señor Jesucristo bajo las especies consagradas.


sábado, 6 de octubre de 2012

El sexto Mandamiento en palabras del Papa Benedicto XVI



p. 163 El sexto mandamiento: «El texto original de este mandamiento dice en el Antiguo Testamento: «No cometerás adulterio» (Éxodo 20:14; Deuteronomio 5:18). Así pues, este mandamiento tiene, en principio, un significado muy específico. Y es la inviolabilidad de la relación de fidelidad entre hombre y mujer, que no sólo vela por el futuro de las personas, sino que también integra la sexualidad en la totalidad del ser humano, confiriéndole así su dignidad y grandeza.
        He aquí el núcleo de este mandamiento. No hay que situarlo en un contacto incidental, sino dentro del contexto del sí mutuo de dos personas, que al mismo tiempo dicen sí a los hijos; es decir, el matrimonio es la auténtica sede en la que la sexualidad adquiere su grandeza y dignidad humanas. Sólo en él se vuelve sensual el espíritu, y los sentidos, espirituales. En él se cumple lo que hemos definido como la esencia de la persona. Ejerce la función de puente, de que los dos extremos de la creación entren uno dentro de otro, entregándose mutuamente su dignidad y su grandeza.
        Cuando se dice que la sede de la sexualidad es el matrimonio, implica un vínculo amoroso y de fidelidad que incluye la mutua asistencia y disposición para el futuro, es [p.164] decir, que está ordenado pensando en la humanidad en conjunto, y, lógicamente, implica que sólo en el matrimonio encuentra la sexualidad su auténtica dignidad y humanización.
        Indudablemente el poder del instinto, sobre todo en un mundo caracterizado por el erotismo, es formidable, de manera que la vinculación a ese lugar primigenio de fidelidad y amor se torna ya casi incomprensible. La sexualidad se ha convertido hace mucho en una mercancía a gran escala que se puede comprar. Pero también es evidente que con ello se ha deshumanizado, y supone, además, abusar de la persona de la que obtengo sexo considerándola una mera mercancía, sin respetarla como ser humano. Las personas que se convierten a sí mismas en mercancía o son obligadas a ello, quedan arruinadas en toda regla. Con el paso del tiempo, el mercado de la sexualidad ha generado incluso un nuevo mercado de esclavos. Dicho de otra manera: en el momento en que no vinculo la sexualidad a una libertad autovinculante de mutua responsabilidad, que no la enlazo con la totalidad del ser, surge, por fuerza, la lógica comercialización de la persona.
        [El núcleo del mandamiento ] Recoge el siguiente mensaje de la creación: «hombre y mujer han sido creados para ser compañeros. Dejarán padre y madre y se convertirán en una sola carne», leemos en el Génesis. Ahora, desde una óptica puramente biológica, cabría afirmar que la naturaleza ha inventado la sexualidad para conservar la especie. Pero esto que hallamos en un principio como puro producto de la naturaleza, como mera realidad biológica, adquiere forma humana en la comunidad de hombre y mujer. Es una manera de abrirse una persona a la otra. No sólo de desarrollar unión y fidelidad, sino de crear conjuntamente el espacio en el que crezca el ser humano desde la concepción. En este ámbito, sobre todo, surge la correcta unión del ser humano. Lo que primero es una ley biológica, un truco de la naturaleza (si queremos expresarlo así), adquiere una forma humana que propicia la fidelidad y el vínculo amoroso entre hombre y mujer, y que a su vez posibilita la familia.
        p. 165 Ciertamente el sexto mandamiento conlleva el mensaje de la naturaleza misma. La naturaleza regula la existencia de dos sexos para que se conserve la especie, y esto es especialmente aplicable a seres vivientes que cuando salen del seno materno no están en modo alguno preparados y precisan prolongados cuidados.
        En efecto, el ser humano no huye del nido, sino que está siempre metido en él. Desde una óptica puramente biológica, la raza humana está hecha de modo que la ampliación del seno materno debe conllevar el amor del padre y de la madre, para que, pasado el primer estadio biológico, pueda proseguir el desarrollo hasta convertirse en persona. El seno de la familia es casi un requisito de la existencia.
        En este sentido, la propia naturaleza revela aquí el rostro primigenio del ser humano. Este necesita una vinculación mutua duradera. En ella, el hombre y la mujer se dan primero a sí mismos, y después también a los hijos para que éstos comprendan la ley del amor, de la entrega, del perderse. Y es que los que están siempre metidos en el nido necesitan la fidelidad posterior al nacimiento. El mensaje del matrimonio y de la familia, por tanto, es plenamente una ley de la propia creación y no se opone a la naturaleza del ser humano.
        p.166 Sigue siendo cierto que aquí –al igual que en todos los demás ámbitos de los que hemos hablado– existe una tendencia opuesta [a la fidelidad conyugal]. Aquí hay un exceso de poder biológico. En las sociedades modernas –pero también en las sociedades tardías de épocas más antiguas, como por ejemplo en la Roma imperial– podemos observar una erotización pública que fomenta aún más los excesos del instinto, dificultando el compromiso del matrimonio.
        Volvamos a lo que hemos apuntado sobre las cuatro leyes. Aquí vemos dos órdenes diferentes. El mensaje de la  naturaleza nos remite a una unión de hombre y mujer, que es el movimiento natural más íntimo que finalmente se convierte en humano y crea el espacio para el posterior desarrollo de la persona. El otro mensaje es que en cierto sentido también tendemos a la promiscuidad, o al menos a practicar una sexualidad que se niega a restringirse al marco de una familia.
        Podemos reconocer muy bien desde la fe la diferencia de estos dos planos de naturalidad. Uno se presenta realmente como el mensaje de la creación y el otro como una autodeterminación del ser humano. Por esta razón la vinculación al matrimonio siempre implicará lucha. Aunque también comprobamos que, cuando se logra, madura la humanidad y los hijos pueden aprender el futuro. En una sociedad en la que el divorcio se ha vuelto tan normal, el daño siempre recae sobre los hijos. Sólo por esto surge, visto desde la óptica filial, otra demostración de que estar juntos, mantener la fidelidad, sería lo auténticamente correcto y adecuado al ser humano.


"Dios y el Mundo" Benedicto XVI - Una conversación con Peter Seewald