lunes, 29 de octubre de 2012

Suspenden la Misa tradicional y desalojan al ICRSS de la iglesia de Jesús y María de Roma



Esta entrada pretende ser una denuncia pública de un hecho que me llena de estupor: por varias fuentes he tenido conocimiento de que a tan sólo pocos días de la Peregrinación tradicional a la Basílica de San Pedro del Vaticano, donde el Cardenal Cañizares oficiará la Santa Misa Tridentina, acaba de decidirse poner fin a la celebración de la Liturgia tradicional en la iglesia romana de Jesús y María -en la imagen, durante la celebración de la Santa Misa por el Superior del ICRSS, hace 8 meses-, templo situado en la famosa y céntrica “Via del Corso” de Roma, donde llevaba oficiándose todos los domingos y festivos, a las 10 de la mañana, desde hace más de 30 años -incluso antes de la promulgación del motu proprio “Summorum Pontificum”.
En esta iglesia de la capital italiana, muy frecuentada por feligreses locales y también por bastantes extranjeros de visita en la ciudad, y de la que son responsables los Padres Agustinos Descalzos, venía haciéndose cargo de la celebración en Usus Antiquior el Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote (ICRSS), al que ahora los PP. Agustinos Descalzos, que no siempre han sufrido la cohabitación con los “tradicionalistas” con demasiado entusiasmo, han pedido verbalmente que la “desaloje”. En concreto, el pasado mes de septiembre, el superior ordenó de manera perentoria a los sacerdotes del ICRSS suspender las celebraciones, pese a la importante concurrencia de fieles con que contaba, para dedicar el horario asignado a ellos a la comunidad portuguesa (que ya cuentan para ello, por otro lado, con la cercana iglesia de San Antonio de los Portugueses).
En principio se había pedido a los PP. Agustinos que explicaran el motivo de tan drástica medida, pero el superior se negó a hacerlo, por lo que el ICRSS deberá abandonar definitivamente la iglesia a finales de noviembre. Y para “facilitar” el desalojo de los “indeseados”, aunque generosos “huéspedes”, los PP. Agustinos han recurrido a simpáticas “bromas de curas”: por ejemplo, el pasado domingo 14 de octubre se encerró con llave al pobre organista, el Maestro Andrea Moncada, dentro del coro, desapareciendo las llaves “por arte de magia”… para que no tocara el órgano -que se había acordado que estaría siempre al servicio de los fieles de la Misa tradicional oficiada a las 10 am-. O como el último domingo, 21 de octubre, en que los fieles tuvieron que cantar “a capella” durante la Comunión el “O salutaris Hostia” y el “Ave Verum”.
En los últimos tiempos un grupo de músicos y cantantes cualificados aseguraba puntualmente en esta iglesia el servicio musical, en coordinación con la de la Fundación Romana “Obra de San Gregorio”, ofreciendo un programa especializado de música litúrgica que va desde el canto gregoriano, a la polifonía sacra renacentista o el repertorio barroco. Por supuesto, se han recibido docenas de mensajes de solidaridad con el organista a través de Facebook.
Y todo esto está ocurriendo mientras cientos de peregrinos que se benefician del motu proprio“Summorum Pontificum” se dirigen hacia Roma para agradecer al Santo Padre lo que ha hecho por los fieles ligados a la Liturgia tradicional…
Desde algunas páginas web, como Messa in Latino, se está invitando a los amigos y lectores, italianos y extranjeros, a orar por nuestros hermanos, fieles, cantantes y músicos, expulsados ​​de la Iglesia de Jesús y María de Roma, para que el Señor les conceda la fuerza para resistir las debilidades humanas de los sacerdotes, sin perder ellos, sobre todo en estos momentos de desánimo, la confianza necesaria para confiar en la Divina Providencia.
Fuente: Catholicvus.
Tomado de Tradición Digital

1 comentario:

la Verónica dijo...

Esto es increíble, a menos que se lo mire desde lo sobrenatural y de esta manera si se hace evidente la acción del enemigo que obra a través de las debilidades y miserias humanas. Difícil es escribir lo que se siente y al mismo tiempo cuidar de la caridad, por lo cual mejor me empeñaré en rezar por esta intención, sin decir más.