martes, 10 de diciembre de 2013

Lo que Mons. Lefebvre pensaba en sus propias palabras al Papa






Una carta de Mons. Lefebvre a Juan Pablo II del 8 de marzo de 1980 (“Une historie à écrire”, Sodalitium nº 17, pág. 22), resume claramente los motivos que impulsaron a Mons. Lefebvre a sostener su postura:
“Santo Padre:

Para poner fin a las dudas que se propagan (…) concernientes a mi actitud y a mi pensamiento respecto del Papa, el Concilio y el Novus Ordo de la Misa y temiendo que estas dudas lleguen hasta Vuestra Santidad, me permito afirmar nuevamente lo que siempre he expresado:
1) Que no tengo ninguna duda acerca de la legitimidad y validez de Vuestra elección y que en consecuencia, no puedo tolerar que no se dirijan a Dios las oraciones prescriptas por la Santa Iglesia por Vuestra Santidad. Ya he tenido que reprimir estas ideas y sigo haciéndolo en las confrontaciones con algunos seminaristas y sacerdotes que se han dejado influenciar por eclesiásticos ajenos a la Fraternidad.
2) Que estoy plenamente de acuerdo con el juicio que Vuestra Santidad ha dado respecto del Concilio Vaticano II el 6 de noviembre de 1978 en la reunión del Sacro Colegio: ‘Que el Concilio debe comprenderse a la luz de toda la Santa Tradición y sobre la base del magisterio constante de la Santa Iglesia’.
3) En cuanto a la Misa del Novus Ordo, pese a todas las reservas que se deben hacer al respecto, jamás he afirmado que en sí sea inválida o herética.
Daré gracias a Dios y a Vuestra Santidad si estas declaraciones pudieran permitir la libre aplicación de la liturgia tradicional y el reconocimiento por parte de la Iglesia de la Fraternidad San Pío X como la de todos aquellos que, firmando esta declaración, están empeñados en salvar a la Iglesia perpetuando su Tradición.
Que Vuestra Santidad se digne aceptar mis sentimientos de profundo y filial respeto en Cristo y María”.

Mons. Marcel Lefbvre



NOTA: Esta publicación no pretende ser una reivindicación de las acciones de Mons. Lefebvre. Quien publica, se somete con obediencia filial a la Santa Sede.

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