sábado, 29 de noviembre de 2008

Novena a la Inmaculada Concepción


Oh virgen Inmaculada, que por el candor de vuestro vestido y por la luz que os rodeaba y sobre todo por la suavidad dulcísima que brillaba en vuestro semblante os disteis a conocer más pura que los ángeles, concedednos la gracia de revestir nuestra alma de vuestro candor. ¡Oh Madre! que al decir: "Yo soy la Inmaculada Concepción", triunfaste de la serpiente infernal, de la incredulidad y del pecado, obtenednos esta triple victoria, de modo que fortalecidos en la fe, constantes en la virtud y victoriosos de Satanás podamos verdaderamente gloriarnos de ser hijos vuestros.


Os venero con todo el corazón, Virgen Santísima, sobre todos los Ángeles y Santos del Paraíso, como Hija del Eterno Padre y os consagro mi alma con todas sus potencias.


Dios te salve, María...Gloria al Padre...


Os venero con todo el corazón, Virgen Santísima, sobre todos los Ángeles y Santos del Paraíso, como Madre del Unigénito Hijo, y os consagro mi cuerpo con todos sus sentidos.


Dios te salve, María...Gloria al Padre...


Os venero con todo el corazón, Virgen Santísima, sobre todos los Ángeles y Santos del Paraíso, como Esposa querida del Divino Espíritu, y os consagro mi corazón con todos sus afectos, rogándoos que me alcancéis de la Santísima Trinidad todos los medios para salvarme.


Dios te salve, María... Gloria al Padre...


¡Oh amantísima Madre de Dios y Madre mía! Tended sobre mí el manto de vuestra maternal protección; concededme la gracia especial que os pido en esta novena, y dadme un átomo de la ternura de vuestro corazón a fin de que mi alma suspire siempre por Vos, mi corazón os ame firmemente y toda mi vida os pertenezca en el tiempo y en la eternidad. Amén


Ave María Purísima, sin pecado concebida.


(Esta devoción se repite durante nueve días.)



Nichán Eduardo Guiridlian Guarino


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