JESÚS EN VOS CONFÍO
Con estas palabras Nuestro Señor, le daba a conocer a sor Faustina Kowalska, este deseo de su Sacratísimo Corazón.
La devoción a la Divina Misericordia, se ha extendido en los últimos años, sobre todo durante el pontificado del Beato Juan Pablo II.
Las revelaciones de Jesús a Santa Faustina, son una reafirmación del precepto de comunión y confesión pascual, de la doctrina de los Novísimos y de las tradicionales prácticas de piedad en honor del Corazón de Jesús como así también de la Pasión.
Sin embargo, parece que muchos fieles, sobre todo dentro de la tradición, no creen en estas apariciones o por lo menos las ven con cierto reparo.
Esto se debe sin duda a que durante 20 años, desde 1958 hasta 1978, la difusión de estos mensajes fue prohibida por la Santa Sede. Se atribuyó como causa de esta prohibición a traducciones erróneas del Diario de la vidente. A pesar de ello, la devoción a la imagen de Jesús Misericordioso y a sor Faustina continuaron, ya que estas prácticas no habían sido censuradas.
Si bien, estas son revelaciones privadas, y por tanto no existe obligación alguna de creer en ellas, la Santa Madre Iglesia ha dado su ¨nihil obstat¨.
Por mi parte, doy crédito a estas apariciones, y me uno a todos aquellos que reconociéndose pecadores, se abandonan en la infinita misericordia del Corazón de Jesús. Confío en que por los méritos de la Santa Pasión de nuestro Redentor, nuestros innumerables pecados serán perdonados.
A continuación trascribimos algunas frases de Nuestro Redentor, que Santa Faustina Kowalska escribió en su Diario. Ellas explican en que consiste esta devoción.
Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás con el pincel, sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo deber ser la Fiesta de la Misericordia. Prometo que el alma que venera esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo Mismo la defenderé como Mi gloria.
Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias. Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. Mi misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi misericordia. Cada alma respecto a mi, por toda la eternidad meditará Mi amor y Mi misericordia. La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas, deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. La humanidad no conocerá paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi misericordia.
Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran misericordia que tengo a las almas pecadoras. Que el pecador no tenga miedo de acercase a Mi. Me queman las llamas de la misericordia, deseo derramarlas sobre las almas humanas. La desconfianza de las almas desgarra Mis entrañas. Aún mas Me duele la desconfianza de las almas elegidas; a pesar de Mi amor inagotable no confían en Mí. Ni siquiera Mi muerte ha sido suficiente para ellas. ¡Ay de las almas que abusen de ella!
Antes de venir como el Juez Justo, vengo como el Rey de Misericordia. Antes de que llegue el día de la justicia, les será dado a los hombre este signo en el cielo. Se apagara toda luz en el cielo y habrá una gran oscuridad en toda la tierra. Entonces, en el cielo aparecerá el signo de la cruz y de los orificios donde fueron clavadas las manos y los pies del salvador, saldrán grandes luces que durante algún tiempo iluminaran la tierra. Eso sucederá poco tiempo antes del ultimo día.
Cuantas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete en Mi misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero y, especialmente, para los pobres pecadores, ya que en ese momento, se abrió de par en par para cada alma.
En esa hora puedes obtener todo lo que pidas para ti o para los demás. En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia.
En esa hora procura rezar el Vía Crucis, en cuanto te lo permitan tus deberes; y si no puedes rezar el Vía Crucis, por lo menos entra un momento en la capilla y adora en el Santísimo Sacramento a Mi Corazón que esta lleno de misericordia. Y si no puedes entrar en la capilla, sumérgete en oración allí donde estés, aunque sea por un brevísimo instante.
Jesús, en vos confío.
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